domingo, 28 de diciembre de 2008

Digna Rabia o excusas para rabiar

Qué tan importante será conservar las costumbres de un pueblo que se organizan congresos y coloquios al respecto. Ayer "jóvenes estudiantes presentaron un trabajo sobre la urbanización en municipios del estado de México ubicados al norte del Distrito Federal, y cómo los antiguos habitantes han perdido su identidad con la tierra. La zona se ha convertido en dormitorio, afirmaron." ¿Y luego? Como descripción de lo que sucede, se antoja como capítulo de libro hecho por un cronista local, pero como ponencia en el Festival Mundial de la Digna Rabia se entiende como reclamo.
Los cero porciento heraclíteos jóvenes investigadores abogan por bañarse dos veces en el mismo río. No es que el agua esté sucia después de remojarse varias veces, sino que las necesidades no son las mismas que las de hace años. ¿Está mal? No forzosamente. Lo que está mal es despojarlos de sus tierras y construir ciudades en donde otrora pastaba un raquítico ganado. Eso y no reubicarlos. Fuera de esa cuestión el que una comunidad se convierta en dormitorio no afecta a nadie.
Si bien la planeación urbanística no es el fuerte de los ingenieros mexicanos, ese problema no es el tocante en la rabiosa exposición de los jóvenes. El verdadero problema es el que se deja de manifiesto al inventar problemas quijotescos y rosas: pensar que lo propio siempre es mejor que lo ajeno, poniendo con ello un freno total a la evolución y adaptación de las ideas a las nuevas realidades.
Cuando más profundamente cavan los pueblos en sus propias raíces por vía de esas manifestaciones casi siempre ininteligibles, como el folklore -escribe Elizondo-, más menguan la fuerza de su tronco y el esplendor de su follaje que son las manifestaciones conscientes y evidentes de su arte y de su pensamiento.
Después de todo el "somos de aquí y amamos la tierra" es algo dado, lo cual, por cierto, parece ser sinónimo de "queremos permanecer inmóviles hasta petrificarnos, convirtiéndonos en estatuas sin pedestal". No habría que aspirar a ser el baño de las palomas en el parque, pétreo emblema del atraso. Se construye mejor sobre suelo parejo. El conocimiento adquirido con los años está en la mente. Edificar monumentos que sirvan de algo requiere que el suelo y no la tabla esté rasa. Entonces se debe entender que dormitorios en donde antes era sembradío no es cuestión de la dureza del cochino capitalismo. Habrá que fijarse si los viejos habitantes hacen del nuevo espacio algo provechoso.

4 comentarios:

From the Life and Songs of the Olympian Cowboy dijo...

Muy buena entrada, mi favorita del mes :)

Saludos.

From the Life and Songs of the Olympian Cowboy dijo...

Bueno, ya pensé en algo que comentar. A lo mejor estos chicos estudiaron la problemática de las ciudades dormitorio japonesas, ahora que eso sea preocupante ya es otra cosa. El asunto sin duda, es la estúpida planificación de las fuentes de trabajo, es decir, inventar una vía de comunicación como el metrobús y que desde la estación tres sea imposible abordar, demuestra la estupidez y el total desconocimiento de las necesidades de transportación. Bueno, demuestra que no hay planeación en la creación de fuentes de empleo, o que las personas son muy necias y les gusta encontrar empleos a cuatro horas de distancia de casa. Algo así, que es casi lo mismo que manifiestas, por eso no tenía demasiado que acotar.

:)

Jorge Javier Romero dijo...

Me parece una reflexión muy sensata e inteligente. La rabia sólo como resistencia al cambio es reaccionaria. Conservadurismo sin perspectiva. Muy bien.

Anónimo dijo...

Y si toda la tierra la hacemos dormitorios, ¿dónde nos vamos a bañar?